El sueño de Vivian era dar a sus hijos la educación que ella nunca tuvo. Con una esperanza inquebrantable y el apoyo de Feed the Children, vio cómo su sueño se hacía realidad y cómo sus hijos prosperaban en la escuela. Su historia es un testimonio del poder de los sueños y del amor de una madre.

Para muchos niños, la primavera debería ser una época de juegos y nuevos comienzos, pero los altos costes del invierno han dejado a sus familias en apuros. Sin alimentos suficientes ni artículos de primera necesidad, estos niños se enfrentan a una dura temporada, con la esperanza de un futuro mejor en el que puedan volver a ser niños.

La determinación de Mary la llevó a un programa de Feed the Children, donde aprendió a cultivar fruta y puso en marcha un exitoso vivero. Esto no solo transformó el futuro de su familia, sino que también inspiró a su comunidad, mostrando el poder del conocimiento y la oportunidad.

Sigue el inspirador viaje de Gledin Hernández, un devoto educador de Honduras, mientras transforma su escuela con la ayuda de Feed the Children. Gracias a los generosos donantes, sus alumnos disponen ahora de agua potable, suministros básicos y un futuro esperanzador.

El hambre y la malnutrición afectan a millones de personas en todo el mundo, y uno de cada cuatro niños sufre inseguridad alimentaria y graves consecuencias para su salud. Hacer frente a esta crisis requiere atención urgente y acción colectiva para garantizar que todos tengan acceso a alimentos nutritivos.

La dedicación de Zoe al voluntariado durante toda su vida, inspirada por el ejemplo de su madre, muestra el profundo impacto del amor y el apoyo de la comunidad. Su historia pone de relieve la importancia de dar y recibir ayuda, y revela cómo el amor al prójimo puede transformar vidas y fomentar la resiliencia.

Frente a los continuos desafíos de Detroit, Feed the Children está teniendo un impacto al proporcionar apoyo a las familias necesitadas. Mientras la inestabilidad económica sigue afectando a muchos, nuestros esfuerzos son cruciales para garantizar que los niños y sus padres tengan acceso a los recursos que necesitan para un futuro más brillante y saludable.

Cuando su marido enfermó, Cristina tuvo que sacar adelante sola a su familia con unos ingresos escasos. Con el apoyo compasivo de su comunidad y de la Asociación de Ahorros y Préstamos Feed the Children's Village, su duro e incesante trabajo dio por fin sus frutos, permitiéndoles construir un nuevo hogar y encontrar la esperanza de un futuro mejor.