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Una madre y sus dos hijos en el exterior de una casa

El Nuevo Camino de Cristina Hacia El Progreso

"Trabajo duro" podría ser el segundo nombre de Cristina.

Esta madre de tres hijos trabaja junto a su marido en una plantación de caña de azúcar en Mabinay (Filipinas). El trabajo conlleva largas jornadas y un trabajo agotador, todo por 150 pesos filipinos, o unos $2,50 en dólares estadounidenses, al día. Y cuando su marido cayó enfermo - con el cuerpo agotado por el exceso de trabajo - durante todo un año, Cristina mantuvo sola a toda la familia.

Cristina nunca se resintió de las exigencias de su tiempo ni de su energía física y mental. Madre y esposa cariñosa, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por su familia. Pero lo que le estresaba era que, por mucho que se esforzara, nunca conseguía salir adelante.

Su escaso salario se destinaba íntegramente a alimentos y otras necesidades, y todo lo que podía ahorrar lo destinaba a ayudar a conseguir material escolar para sus hijos. Reservar algo para un día lluvioso -y Mabinay tiene muchos- era imposible.

Por eso, cuando Feed the Children llegó a Mabinay ofreciéndole, entre otras cosas, un programa que le permitiría ahorrar dinero, Cristina dudó al principio. Aun así, sabía que algo tenía que cambiar si quería labrarse un verdadero futuro para su familia.

Cristina se unió a la Asociación de Ahorro y Préstamo de la Aldea (VSLA), apoyada por Feed the Children, y pronto se convirtió en uno de los miembros más activos, llegando incluso a ser elegida contadora de dinero.

Feed the Children también ayudó a la comunidad proporcionando material escolar y un programa de alimentación suplementaria para niños pequeños. Esto liberó una parte suficiente de los limitados ingresos de Cristina para que pudiera contribuir a una cuenta de ahorros, que pronto daría sus frutos a lo grande.

Gracias a la VSLA, en un abrir y cerrar de ojos, Cristina pudo retirar 13.000 pesos filipinos. Fue suficiente para empezar a construir una nueva casa, más sólida y mejor preparada para resistir las tormentas de Mabinay. La mudanza marcó un punto de inflexión para la familia de Cristina. Por primera vez, sintieron que avanzaban.

"El programa Feed the Children ha sido un salvavidas", dice Cristina agradecida. "Al fomentar una cultura del ahorro, estamos capacitados para lograr la estabilidad financiera y el bienestar general".

Gracias a su apoyo, comunidades como la de Cristina están encontrando nuevos caminos hacia una vida más feliz y saludable.

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