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Un niño mira fijamente a la cámara sentado con un adulto.

Cinco datos sobre el hambre infantil

El hambre en el mundo es uno de los problemas más acuciantes de nuestro tiempo. Aunque todos somos conscientes de que existe, a menudo se pasa por alto la magnitud del problema. El hambre existe en todas partes y tiene consecuencias devastadoras a largo plazo, especialmente para los niños. Aprender sobre el hambre infantil es el primer paso para solucionar el problema y crear un mundo en el que ningún niño se acueste con hambre.

1. Millones de niños padecen hambre.

Un solo niño que se vaya a la cama con hambre es demasiado, por no hablar de los 148 millones de euros en todo el mundo. Para poner esta cifra en perspectiva, 1 de cada 5 niños del mundo no recibe alimentos suficientes para su mente y su cuerpo en crecimiento.

2. El hambre infantil tiene graves consecuencias.

Retraso del crecimiento y desperdiciando son dos afecciones causadas por el hambre. Pueden darse por separado o juntas.

Retraso del crecimiento se refiere a la falta de desarrollo físico y mental causada por la desnutrición. Los niños con retraso en el crecimiento son más bajos de estatura y pueden tener una función cognitiva inferior a la de sus compañeros. También tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas en la edad adulta. El retraso del crecimiento es una de las afecciones más comunes causadas por el hambre, y afecta a más del 22% de los niños.

Desperdiciar es la forma más peligrosa de malnutrición. Mientras que el retraso del crecimiento es el efecto acumulativo de la desnutrición crónica, la emaciación es la pérdida rápida de peso debida a la inanición y es mortal si no se trata a tiempo. Casi el 7% de los niños sufren emaciación, con resultados a veces trágicos.

3. El hambre causa millones de muertes cada año.

Trágicamente, el hambre causa 3 millones de muertes de niños cada año, y casi la mitad de las muertes de menores de cinco años se atribuyen a la desnutrición. Cada 10 segundos, un niño pierde la vida debido a la desnutrición y sus consecuencias. Estas muertes son siempre evitables.

4. El hambre es una crisis mundial, aunque los países la padecen a ritmos diferentes.

En Estados Unidos, uno de cada cinco niños sufre inseguridad alimentaria (USDA). En Asia, 24,8% de la población sufre inseguridad alimentaria; en América Latina y el Caribe, 28,5%; y 58% de la población en África (El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024, FAO). Su apoyo a Feed the Children ayuda a niños y familias de todas estas regiones, porque la única tasa buena de hambre infantil en cualquier lugar es cero.

5. Podemos acabar con el hambre, pero para ello tendremos que trabajar todos juntos.

El hambre infantil es un problema grave, pero la situación no está exenta de esperanza. El año pasado, gracias a su apoyo, Feed the Children distribuyó más de 80,6 millones de libras de alimentos y artículos de primera necesidad en Estados Unidos, y distribuyó 62.120.600 comidas a niños y familias de ocho países a nivel internacional.

Mientras exista el hambre infantil, seguirá existiendo la misión de Feed the Children. Trabajando junto a colaboradores solidarios como usted, cada día nos acercamos más a un mundo en el que ningún niño tenga que irse a la cama con hambre.

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