
Protegida por un instinto maternal: la historia de Claudia
No existe un manual de instrucciones para ser un buen padre. Gloria lo hacía lo mejor que podía como madre joven. Durante los seis primeros meses de vida de Claudia, todo parecía ir bien.
La familia vive en un pequeño terreno a las afueras de la ciudad de Gulu, en Uganda. Tienen una casa con techo de paja rodeada de mangos y un árbol de jaca. Y el año en que nació Claudia, como parte de un programa gubernamental de abastecimiento de agua y saneamiento, se perforó un pozo para buscar agua a sólo tres minutos a pie.
Cuando Claudia tenía unos siete meses, Gloria se dio cuenta de que ya no era el bebé feliz de antes. Lloraba mucho. Y seguía perdiendo peso a pesar de que seguía dándole el pecho.
El centro médico más cercano está a casi 30 minutos, pero Gloria sabía que algo iba mal, así que recogió a su bebé y emprendió el viaje.

El instinto materno suele ser el correcto: Claudia dio positivo en la prueba del paludismo y, a los siete meses, sólo pesaba 13 libras. Según la Organización Mundial de la Salud, el peso medio de un bebé de la edad de Claudia es de 16 libras y 14 onzas.
"Estaba muy estresada y preocupada porque es mi única hija", dijo Gloria.
Gloria y su marido no tenían muchos ingresos extra. Lo normal era que comieran una vez al día, sobre las tres de la tarde, para aguantar sus barrigas rugientes durante la noche. Así que su miedo se debía a los costosos tratamientos médicos para su hija enferma.
Sus preocupaciones desaparecieron rápidamente cuando Claudia se inscribió en el programa de alimentación suplementaria de Feed the Children. Sin coste alguno para la familia, Claudia recibió una mezcla enriquecida de maíz y soja con vitaminas y minerales añadidos. Este tipo de mezclas se utilizan en todo el mundo para ayudar a los niños a recibir las proteínas, vitaminas y minerales que son fundamentales durante los periodos de crecimiento.
"La salud de Claudia mejoró mucho después de que empezara a recibir la mezcla de maíz y soja, todo gracias a Feed the Children por el apoyo", sonríe Gloria.
Gracias a donantes como usted, Claudia ha vuelto a jugar y a reír. Su madre también se benefició de su generosidad. Durante las visitas a la clínica para las revisiones de Claudia, Gloria aprendió sobre alimentación infantil adecuada, algo que cree que le ha ayudado a mejorar la forma en que cuida de su hija.

Ahora, en lugar de preocuparse por la salud de su bebé y atender a un niño enfermo, Gloria puede concentrarse en un pequeño huerto familiar, cultivando verduras que alimentarán a su familia.
Aunque Gloria todavía no tiene ese manual de instrucciones para padres, está agradecida de que, gracias a personas como usted que respondieron a la llamada de ayuda, su hija está prosperando Y recibió una formación vital que mantendrá a Claudia sana y feliz.