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Un niño mira a la cámara sentado en un gimnasio

Cinco datos sobre el hambre en verano

Ahora que llega el verano, aprender es lo último en lo que piensa la mayoría de los jóvenes. Sin embargo, el final de la escuela también significa el comienzo del hambre estival.

Si aún no está familiarizado con el hambre en verano y cómo perjudica a los niños, le animamos a que dedique un momento a leer esta lista de cinco puntos. Después de todo, conocer un problema es el primer paso que todos podemos dar para solucionarlo.

1) 1 de cada 5 niños no sabe de dónde vendrá su próxima comida.

Así es como muchos niños estadounidenses sufren inseguridad alimentaria y no saben cuándo volverán a comer, o si la comida que reciben será suficiente.

Los niños necesitan alimentos para crecer física y mentalmente. Si no comen lo suficiente, no pueden disfrutar del verano ni de ninguna otra época del año.

2) Casi 30 millones de estudiantes estadounidenses tienen derecho a comidas gratuitas o a precio reducido en la escuela.

Los programas federales destinados a apoyar a los estudiantes pueden tener una enorme repercusión en el acceso de un niño a los alimentos. Durante el curso escolar, los almuerzos gratuitos o a precio reducido, y a veces los desayunos, son las comidas más fiables que recibe un niño. Pero durante el verano estas comidas desaparecen. Las familias que ya tenían dificultades para costearse la comida pueden tenerlas aún más.

3) El hambre estival puede causar problemas físicos.

Tener hambre es incómodo. Pero para los niños que no reciben regularmente suficientes alimentos nutritivos, los efectos físicos del hambre pueden ir más allá de unas pocas horas de incomodidad. Los estudios han demostrado que la inseguridad alimentaria puede provocar un mayor riesgo de enfermedades, entre ellas enfermedades crónicas de por vida.

4) El hambre en verano repercute en la educación.

Durante el curso escolar, los alumnos que pasan hambre en clase no pueden concentrarse tan bien y pueden quedarse rezagados con respecto a sus compañeros. Pero la situación empeora aún más durante el verano. La pérdida de aprendizaje en verano, o "summer slide", es un fenómeno que afecta a todos los niños, pero es peor para los que pasan hambre. La mayoría de los alumnos pierden unos dos meses de aprendizaje en matemáticas, pero los que viven en la pobreza pierden otros dos meses en lectura. Con el tiempo, esta brecha de aprendizaje puede ampliarse y repercutir en su futuro.

5) Todos podemos ayudar a combatir el hambre en verano.

Ningún niño debería preocuparse por irse a la cama con el estómago vacío ningún día del año, pero es especialmente desgarrador ver cómo el hambre arruina una época que debería ser tan divertida para los jóvenes estudiantes. Sólo se necesitan unos segundos para donar y marcar la diferencia en la vida de un niño. La alegría que sentirás al ayudar es inmediata, y tu impacto puede durar toda la vida.

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