
El hambre estival provoca algo más que un estómago vacío
Casi 30 millones de alumnos de las escuelas públicas de EE.UU. pueden acogerse al programa federal de comidas. Los estudiantes que reciben un almuerzo escolar gratuito o a precio reducido durante el año escolar están especialmente en riesgo en el verano.
"Muchos niños comen cuando hay colegio, pero cuando no lo hay no tienen qué comer", afirma Brent Justus, socio comunitario de Feed the Children.
Es una triste realidad que, aquí mismo, en Estados Unidos, el almuerzo en la escuela puede ser la única comida normal que reciben algunos niños.
"No soporto pensar que los niños vuelvan a casa hambrientos y sin nada que comer", afirma Cindy, encargada de la cafetería de una escuela primaria.
A muchos padres que dependen de las comidas escolares para estirar su presupuesto alimentario les resulta difícil permitirse el verano. Sus hijos están en casa todo el día, y es un reto comprar todas las comidas que necesita un niño sano.
"Los precios de los comestibles son altísimos", dice Crissy, madre de mellizos de ocho años. "Es difícil hacer la compra y no gastarse doscientos o trescientos cada semana".
Renata tiene dos hijos, uno adolescente y otro de cinco años. Ambos son muy activos, algo que Renata fomenta por su salud, pero que les abre el apetito. Durante el verano, cada porción de comida cuenta.
"En verano hay que presupuestar mucho más", explica Renata. "Ahora mismo, con la economía, todo cuesta mucho dinero. Planificamos nuestras comidas con una semana de antelación, y eso es lo que comemos".
El hambre en verano puede tener efectos reales y duraderos. Las investigaciones demuestran que el hambre puede causar problemas de salud física y mental y provocar un bajo rendimiento escolar cuando se reanudan las clases.
Una buena nutrición es fundamental para que los niños crezcan fuertes y sanos. Numerosas pruebas demuestran que incluso una inseguridad alimentaria mínima puede ser un factor significativo de mala salud infantil. Problemas de salud como el asma, la obesidad infantil y la diabetes pueden ser factores asociados al hambre y provocar problemas de por vida.
No tener acceso a una nutrición adecuada repercute físicamente en la capacidad del niño para aprender y desarrollarse, pero las secuelas mentales del hambre pueden ser igual de perjudiciales. Los niños que sufren inseguridad alimentaria muestran mayores niveles de ansiedad y habilidades sociales menos desarrolladas que sus compañeros. Como la inseguridad alimentaria puede agravarse aún más en verano, la salud mental de los niños también.
Muchos investigadores han estudiado también cómo influye la inseguridad alimentaria en la capacidad de los niños para tener éxito en la escuela. Al igual que la alimentación ayuda a los niños a crecer sanos y fuertes, también nutre sus cerebros y los prepara para el éxito en las aulas. Entonces, ¿por qué importa el hambre en verano?
La pérdida de aprendizaje en verano, también conocida como "summer slide", se produce cuando los alumnos están fuera de la escuela. Según el Proyecto Ampliado de Aprendizaje y Actividades Extraescolares, la mayoría de los niños pierden unos dos meses de conocimientos matemáticos cada verano. Además de la pérdida de conocimientos matemáticos que sufren la mayoría de los escolares, los estudiantes con bajos ingresos también pierden más de dos meses de lectura.
Sin una base académica sólida, los niños tendrán más dificultades para tener un futuro próspero y hacer realidad sus sueños.
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