
Ayudar a los niños a triunfar en todo el mundo
Las primeras experiencias de Juma con la escuela no fueron positivas.
Este niño de 13 años vive en una pequeña y remota aldea de Morogoro (Tanzania). El índice de pobreza es alto y muchas personas de su comunidad no tienen acceso a los recursos necesarios.
"Es difícil aprender cuando no tenemos suficientes libros de texto", explica Juma. "A veces teníamos que compartir un libro con toda la clase, y no podíamos llevárnoslos a casa para estudiar. Teníamos que beber agua sucia del río, porque no había agua limpia en la escuela".
Al no poder estudiar, Juma se sentía estancado. El agua a veces le ponía enfermo. Pero a pesar de todos los impedimentos, "me sigue encantando ir a la escuela", dice Juma. "Me encanta aprender cosas nuevas".
Maua, la madre de Juma, observaba a su hijo con una mezcla de orgullo y dolor. Había conseguido tanto a pesar de tener tan poco, destacando como uno de los estudiantes más aplicados de su edad. Era un niño amable y considerado que rara vez se quejaba, incluso cuando Maua tenía que enviarlo a clase con hambre. Pero también sabía que se le estaba negando todo su potencial.
"Mi limitación económica fue la mayor razón por la que no pude dar a mi hijo una educación mejor", dice. "No tenía dinero para comprar libros de texto o darle una comida nutritiva".
Tu apoyo a Feed the Children ha dejado clara una cosa: crees que los niños como Juma deben tener oportunidades de aprender y alcanzar sus sueños, sin importar dónde estén o la situación económica de su familia.
Y así, Feed the Children creó un programa en Morogoro diseñado para apoyar a las familias, sus comunidades y, lo que es más importante, a los niños. Gracias a ti, el edificio donde Juma va a la escuela fue reparado, ampliado y abastecido de libros, material y pupitres. Se añadieron depósitos de agua potable a la aldea. Juma y sus compañeros ya no tendrán que depender del agua sucia del río.
Feed the Children también ayudó a crear un huerto escolar, con el que se pueden preparar comidas nutritivas para los alumnos. Una de las tareas favoritas de Juma en la escuela es ayudar a regarlo. Le enorgullece saber que está cultivando los cimientos de su propio éxito.
Hoy, Juma es el noveno de su clase de 57 alumnos. Ha descubierto un interés especial por las ciencias y las matemáticas, un interés que puede perseguir gracias a los recursos educativos que se le proporcionan.
"¡Ahora incluso puedo tomar prestados libros para usarlos en casa!", dice entusiasmado. Y a todos los que han contribuido con sus donativos a que esto sea posible: "Gracias por hacer de nuestra escuela un lugar mejor".