
El sueño de Kim
Cuando Kim trasladó a su familia a Nashville, Tennessee, lo hizo con la esperanza de encontrar dos cosas: nuevas oportunidades y una comunidad fuerte donde criar a sus hijos. Aunque ha tenido cierto éxito, también ha afrontado algunos retos.
Vivir en Nashville es caro. Como madre soltera, Kim ha tenido que luchar a veces para compaginar el trabajo con su vida familiar, entre pagar lo que su familia necesita y lo que sus hijos quieren.
"Ser madre soltera es muy, muy difícil", nos dijo Kim. "A veces los niños no entienden que tenemos que sacrificarnos, en plan: 'Vale, cariño, tengo que ir a trabajar. Tengo que echar gasolina al coche. Puede que hoy no pueda comprar la comida que querías en la tienda'".
La seguridad es otra de las grandes preocupaciones de Kim. Como todos los padres, quiere que sus hijos puedan correr, jugar al aire libre y divertirse sin miedo, algo que no es posible donde viven ahora. Sin embargo, las finanzas la han mantenido inmovilizada. Su prioridad era que su familia tuviera comida suficiente, y eso significaba que no siempre le quedaba dinero para ahorrar. Una casa en un barrio agradable, con calles limpias y patios por los que se pueda correr descalzo, no es barata.
Tu apoyo ha sido decisivo para ayudar a Kim. Cuando el coste de los comestibles amenazó con desbordar su presupuesto, pudo recurrir a Feed the Children.
"Cuando mi nevera está vacía, me siento menos persona", admite Kim. "Sinceramente, me quita un poco la confianza a la hora de ser madre. Feed the Children ha supuesto una gran diferencia. Tengo un armario lleno de comida. Estoy agradecida por ello, así que ahora puedo elegir: '¿Qué vamos a comer hoy?".
Esa pequeña y sencilla dignidad de elección ha ayudado a Kim a seguir mirando hacia delante. Hace poco ha podido empezar a buscar un nuevo lugar para vivir, donde sus hijos puedan jugar al aire libre. Incluso ha empezado a buscar un local que pueda alquilar para su negocio. Kim es peluquera y, al no tener un local fijo, tiene que desplazarse para atender a sus clientes. Si se le estropea el coche, no puede trabajar. Si los clientes acudieran a ella, el aumento de sus ingresos potenciales sería enorme.
Habrá más retos en el camino para Kim. Romper el ciclo de la pobreza y la inseguridad alimentaria nunca es fácil. Pero Kim no ha perdido la esperanza, ni mucho menos. En todo caso, su deseo de mejorar su situación y la de sus hijos no ha hecho sino aumentar su motivación.
"No me gusta que mis hijos me vean abatida", dice. "Porque al final del día, siempre hay una forma de volver a levantarse".
Gracias a todos los donantes por contribuir a la recuperación de Kim.