
Desperdicio de alimentos y hambre: Seis consejos para ayudar
Hay muchas causas profundas del hambre y la inseguridad alimentaria, como los bajos ingresos, el desempleo, los problemas de salud y el acceso a alimentos asequibles. Aunque no podemos cambiarlas todas nosotros solos, sí podemos desempeñar un papel importante en la lucha contra el hambre.
Ya eres un defensor de los niños hambrientos y sus familias gracias a tu compromiso con Feed the Children, así que ¿qué puedes hacer en tu día a día para ayudar? Empieza por pensar en cómo interactúas con la comida.
Puede sonar extraño, pero piensa en esto: En Estados Unidos se desperdicia entre el 30% y el 40% de los alimentos.. Esto equivale a más de 9 kilos de alimentos desperdiciados por persona cada mes.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, $1 billón de alimentos se pierden o desperdician cada año. Esto ocurre a todos los niveles: cuando los alimentos se dañan o estropean durante la producción, cuando los minoristas tiran los artículos magullados o menos apetecibles y en su casa cuando compra más de lo que necesita y tira a la basura las porciones no utilizadas.
Si se invirtiera esta tendencia, se conservarían alimentos suficientes para alimentar a 2.000 millones de personas. Compárese esa cifra con la de los afectados por el hambre... 828 millones de personas pasan hambre en el mundosegún la Organización Mundial de la Salud.
Existe un plan para reducir el desperdicio de alimentos en Estados Unidos. En 2015, el USDA se unió a la Agencia de Protección Ambiental de EE. reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos en un 50% para 2030.
También puedes hacer algunas cosas sencillas para contribuir:
- Compra de forma más inteligente: planificar las comidas y utilizar una lista de la compra ayuda a reducir la cantidad de alimentos que podríamos tirar más tarde.
- Organiza tu frigorífico - Utiliza una rotación del tipo "primero en entrar, primero en salir" que mantenga los artículos más antiguos al principio para asegurarte de que se consumen a tiempo.
- Entender las fechas de caducidad - Estas fechas son una sugerencia para obtener la máxima calidad y no tienen que ver con la seguridad alimentaria. La "prueba del olfato" puede indicarle si un alimento se ha echado a perder.
- Utiliza el pan duro para tostadas francesas o sándwiches de queso a la plancha. Las verduras marchitas pueden usarse en sopas o guisos. La fruta demasiado madura puede usarse en batidos u horneados.
- Sé inteligente a la hora de pedir en un restaurante: divide la comida o, si te llevas parte de ella a casa, asegúrate de comerte las sobras.
- Lleve un registro de los alimentos que desperdicia: anotar lo que tira puede ayudarle a encontrar oportunidades para derrochar menos.
Ser más conscientes de lo que hacemos con nuestros alimentos genera un cambio permanente. Y con el tiempo, significa menos residuos y menos hambre, lo que nos acerca a un mundo en el que ningún niño se acueste con hambre.