
La historia de Adeline y Noah: Nunca pierdas la esperanza
Adeline sabe lo que es tener éxito. Vivió esa vida hace una década. Era madre y abuela, adoraba a sus hijos y nietos y cuidaba de su familia. Pero ahora tiene mucho más sobre sus hombros.
El marido de Adeline, con quien lleva casada 18 años, ya no tiene trabajo. Una lesión que le obligó a ir varias veces al médico le impidió trabajar. Ahora camina con bastón y Adeline pasa mucho tiempo preocupada por él y su salud.
Cuando su marido dejó de trabajar, las cosas empezaron a torcerse rápidamente.
"No podíamos pagar el alquiler ni las facturas. No sabíamos a quién acudir. La familia no podía ayudarnos. No somos de los que piden limosna. Intentamos hacerlo nosotros mismos. Llevamos así desde los 18 años", recuerda.
"El mayor problema era la vivienda. No sólo tener algo que comer, sino un lugar donde vivir. Esa fue nuestra lucha", dijo Adeline.
Finalmente encontraron un lugar donde vivir, lo que supuso cierto alivio. Adeline quería seguridad para sus hijos. Noah, su hijo menor, cursará quinto de primaria este año.

"Mis abuelos me han enseñado que, pase lo que pase, hay que asegurarse de que todo el mundo está bien y que, pase lo que pase -incluso si están deprimidos, sufren acoso escolar o están heridos o algo así-, hay que asegurarse de que están bien o, al menos, ayudarles en todo lo posible", dijo Noah.
Adeline encarna ese tipo de lecciones. Lleva el peso de cuidar de su familia, y ha prosperado en su trabajo como gerente de una tienda de variedades local. Adeline fue ascendiendo y empezó a trabajar cuando su marido no pudo hacerlo. Pero su sueldo no siempre cubre las necesidades de la familia.
"Hacemos una elección todo el tiempo. Ponemos lo que podemos en cada factura e intentamos tener suficiente para la comida. Hacemos lo que podemos en el supermercado para que nos alcance esa semana o lo que sea", explica.

Adeline y su familia han podido obtener ayuda de un socio comunitario local de Feed the Children. La ayuda ha eliminado parte del estrés y ha permitido a Adeline saber que tiene un lugar al que acudir. También le ha dado la libertad de ver un futuro diferente para sus hijos y nietos.
"¿Esperanzas y sueños para mis hijos? Es que se desarrollen mejor. Que sean increíbles, que tengan éxito, que sigan sus sueños; no los sueños que nosotros queremos que tengan, sino los que ellos quieren", dijo Adeline, con una sonrisa en la cara.
Gracias a donantes como tú, Adeline puede imaginar un mañana mejor para sus hijos. Y parece que Noah ya está planeando algo grande.
"Un día, cuando sea mayor, quiero que sepan que haré del mundo un lugar lo más mejor posible".