
El éxito de Naima
La vida de Naima Dido empezó de todo menos segura. Nació en Kariobungi (Kenia), una zona densamente poblada al oeste de Nairobi, donde aún hoy casi el 40% de las familias viven en la pobreza. Naima cuenta que el hambre fue un problema crónico durante toda su infancia en Kenia. De hecho, cuando Naima era un bebé, su madre estaba tan hambrienta que una vez se desmayó mientras la alimentaba. "Se internó en un hospital porque sabía que allí podría conseguir comida", cuenta Dido. "No había comida en casa. Mi madre vendió todo lo que había en casa para comprar comida. Lo único que quedaba era la cama y un plato".
Feed the Children empezó a ofrecer almuerzos escolares en la escuela primaria Valley Bridge, donde Naima estudiaba en 1986. Dice que este sencillo acto cambió su vida y la de muchos otros estudiantes.
"Poder comer en la escuela cambió muchas cosas para muchos de nosotros", nos dijo, reflexionando sobre esta difícil época de su vida.
A escala internacional, Feed the Children se esfuerza por mejorar el rendimiento escolar de los niños. La organización trata de reducir las barreras y añadir incentivos para garantizar que los niños se matriculen y permanezcan en la escuela, de modo que puedan alcanzar todo su potencial. Con este objetivo en mente, se proporcionan regularmente comidas escolares nutritivas a niños en edad escolar como Naima.
Naima, junto con sus padres y cuatro hermanos, llegó a Estados Unidos cuando tenía 10 años como parte del Programa de Reasentamiento de Refugiados de Estados Unidos. "Mis padres vivieron en el limbo durante mucho tiempo antes de que nos mudáramos a Estados Unidos porque no podían trabajar como refugiados en Kenia; era lo mismo que ser un inmigrante ilegal en Estados Unidos", dijo Naima. "Mis padres tuvieron que ser creativos para mantener a una familia".
Naima nunca ha olvidado las luchas de su país natal y cómo una organización puede marcar la diferencia en la vida de muchos. En la actualidad, Naima es la directora de programas de Seed Programs International, donde apoya a comunidades desfavorecidas de Asia, África y América Latina.
"Estos niños no tienen mucho; yo era uno de esos niños no hace mucho tiempo", dijo Naima. "La idea de que esto siga ocurriendo hoy me motiva a seguir haciendo lo que hago".
Hoy, Naima está orgullosa tanto de su herencia como del futuro que ha construido con su familia: marido y dos hijos. Para mantenerse en contacto con sus raíces y ayudar a sus hijos a entender mejor las suyas, visita Kenia siempre que puede. Incluso se ha reencontrado con un profesor que conoció cuando estaba en el programa Feed the Children hace tantos años.