Inicio > Historias
Un grupo de voluntarios llena cajas con suministros

La compasión de Konnor

Konnor tiene una sonrisa que ilumina cualquier habitación y una personalidad igual de contagiosa. Todas las personas que acuden a esta despensa local de Miami le adoran. Siempre está ahí para ofrecer una palabra amable, una historia tranquilizadora o una sonrisa compasiva. 

Konnor trabaja regularmente en Joshua's Heart, una agencia asociada a Feed the Children. Carga y descarga camiones. Ayuda a organizar las distribuciones diarias de alimentos y le gusta ofrecer palabras de ánimo. 

"Te digo que no estés tan enfadada contigo misma, ni seas orgullosa, ni tan dura. Hay gente ahí fuera dispuesta a ayudarte a superar este momento". 

Konnor habla desde el corazón porque sabe exactamente lo que es pedir ayuda. Antes de ser empleado de Joshua's Heart, fue mecenas. Su temperamento cariñoso proviene de una verdadera comprensión de lo que es no tener suficiente comida.  

"Cuando no tienes dinero para comida, es agitante. Te deprimes y dices: 'Tío, no tengo dinero para comida. Esto es frustrante. Soy un adulto. No debería estar aquí. ¿Cómo he llegado hasta aquí?" 

Konner sonríe sentado en casa

La forma en que llegó allí podría pasarle a cualquiera. Se lesionó y le operaron. Pero ese procedimiento médico provocó otras complicaciones de salud y más visitas al hospital. 

"Me despidieron. No les gustaba que estuviera enfermo a menudo. No puedo culparles, pero entonces era difícil conseguir otro trabajo porque estaba enferma." 

Esa época de su vida fue oscura y solitaria. Konnor no tenía a nadie en quien apoyarse. 

"Sentía un poco como si a nadie le importara. Aquí estoy, hecha un desastre, en uno de los países más ricos del planeta, y apenas tengo comida. Se supone que no debería pasar aquí, y me estaba pasando a mí". 

Para complicar su recuperación, los médicos habían dicho a Konnor que comiera frutas y verduras frescas y menos alimentos procesados para ayudarle con sus problemas de salud. Pero sin ingresos fijos, solo podía permitirse alimentos envasados más baratos. 

"Nunca pensé que me encontraría en esa situación, así que cuando me enteré de que había un sitio al que podía ir a por comida me dije: 'Oh, ¿hoy no tengo que comer Pringles? ¿Puedo comer algo diferente? En aquel momento me cambió la vida, porque necesitaba ayuda de verdad". 

"Fue una gran diferencia poder conseguir comida de verdad, y realmente afectó a mi salud para mejor. Vivía a base de comida basura y no me sentía muy bien". 

Cuando pudo conseguir alimentos más nutritivos, la salud de Konnor -y su estado de ánimo- empezaron a mejorar. Esto le dio el impulso necesario para labrarse un futuro mejor y le brindó la oportunidad de ayudar al propio banco de alimentos donde recibía comida. 

"Me ofrecí voluntaria y no me importó trabajar duro, y necesitaban a alguien que se ocupara de la mano de obra. Hay mucho trabajo por hacer, y fue estupendo poder devolver lo que me ayudó". 

Hoy en día, el trabajo voluntario de Konnor se ha convertido en un empleo a tiempo completo, una carrera que nunca imaginó. 

"He tenido mucho crecimiento personal. Vi que podía marcar la diferencia y ayudar a otras personas, y eso me ha ayudado a ir en la dirección correcta, a resolver cosas. Nunca pensé que trabajaría con alimentos; antes era agente inmobiliario. Así que nunca pensé que haría algo así". 

Konner con una voluntaria en un acto

"A veces la gente piensa: 'Bueno, soy el único que está pasando por esto. Soy el único', pero no es así. No tienes por qué estar solo. Alguien más ha pasado por lo mismo que tú y lo ha superado". 

Incluso con la mala racha de su vida y el inesperado cambio de carrera, Konnor mira atrás con gratitud. La experiencia le ha dado algunas ideas que quiere que el mundo conozca. 

"Me siento fenomenal, genial. Creo que debería hacerlo más gente, que debería estar más extendido. Podemos hacer popular cualquier cosa. ¿Por qué no hacer que ayudar a los demás sea más popular?" 

No podríamos estar más de acuerdo, Konnor. 

Más Historias Inspiradoras