
La aldea de Sukhery ayuda a sus futuros líderes
"Mi vida es un gran reto aquí en el pueblo, y con la falta de dinero, es bastante difícil tener éxito... La mayoría de los estudiantes de aquí no pueden permitirse ni siquiera dos comidas al día, sobre todo porque la mayoría vamos a la escuela por la mañana sin comer. El programa de comidas nos ha ayudado mucho, y muchos niños van a la escuela para conseguir una taza de gachas". - Sukhery.

Todos los niños merecen tener acceso a alimentos y a los elementos esenciales necesarios para tener la oportunidad de una vida más fructífera. En todo el mundo, tres millones de niños (aproximadamente la población de Arkansas o Kansas) mueren de hambre cada año.
Sukhery vive en un pequeño pueblo de Tanzania llamado Kikwete. En el patio trasero hay un huerto, y delante una pequeña cabaña que su padre utiliza para su negocio de mecánica de motocicletas, la principal fuente de ingresos de la familia.
Familias como la de Sukhery luchan por mantener la comida en sus mesas debido a la inflación, los continuos conflictos y los desastres naturales. Sus padres no pueden permitirse más de una o dos comidas al día si tienen en cuenta el transporte de ida y vuelta a la escuela, las visitas inesperadas al hospital e incluso los desplazamientos al mercado. ¿Te imaginas tener que elegir entre la educación o una comida para tu hijo?
Para ayudar a llegar a fin de mes, la familia de Sukhery cultiva las cosechas de su huerto para generar ingresos adicionales que ayudan a pagar los gastos de la casa y un poco de comida extra.
"Mis hermanas mayores siempre me aconsejan que sea fuerte, que nunca me rinda y que aproveche las oportunidades para llegar donde quiero. Aunque vivo una vida dura, estoy segura de que eso es lo que me hace más fuerte y me mantiene motivada para hacerlo bien." - Sukhery.

En la escuela, Sukhery es un chico brillante. Siempre es el primero de la clase, le encanta aprender swahili y matemáticas, y juega al fútbol. Ayuda a sus hermanos y a sus padres en las tareas domésticas y en el jardín, y a menudo le mandan a buscar agua para la casa.
A medida que Sukhery y sus compañeros continúan su periplo educativo, la comunidad crece con ellos y encuentra nuevas formas de apoyar a las escuelas y a los niños. Gracias a nuestros donantes, los padres de la comunidad se reúnen para aprender la importancia de los negocios y el cuidado de los niños.
El programa de educación financiera para adultos de la comunidad les permite reunir los bienes que les sobran para que la escuela pueda proporcionarles gachas y meriendas durante el día. Estas comidas adicionales ayudan a mantener alta la energía de Sukhery y sus compañeros a lo largo del día para que puedan concentrarse y desarrollar habilidades sociales fundamentales.
"Los donantes nos han ayudado mucho porque la mayoría de los estudiantes de aquí no pueden permitirse ni dos comidas al día, sobre todo porque la mayoría vamos a la escuela por la mañana sin comer. El programa de comidas ayuda, y muchos niños van a la escuela para tomar una taza de gachas."

La aldea de Sukhery es sólo una de las muchas en las que los donantes están marcando la diferencia en la vida de los niños. No dejes de ver más historias de vidas que cambian.