
El camino de Marco hacia la esperanza
Marco conoce el momento en que tocó fondo. Era un vagabundo drogadicto que había recurrido al robo para mantenerse. Al final, Marco fue detenido. Se enfrentaba a un año de cárcel, estaba sentado en una celda y se dio cuenta de que necesitaba ayuda y no quería seguir viviendo como hasta entonces.
"Había perdido a todo el mundo, debido al hábito que desarrollé. Así que sentí que no tenía otra opción que darle una oportunidad al Señor".
Marco no tenía ni idea de cómo salir de esta situación, y su única esperanza era la intervención divina. Sus plegarias fueron escuchadas rápidamente.
A Marco le permitieron unirse a un programa de recuperación residencial local de un año, y se lo tomó en serio. El año pasó volando y Marco se llevó otra sorpresa. Se enteró de que era padre de un niño de 11 años.

Marco describió la noticia como "asombrosa" y "abrumadora" al mismo tiempo. Aún no se había recuperado del todo, pero estaba preparado para asumir la responsabilidad de ser padre. Una vez más, Marco vio cumplida otra de sus oraciones cuando una familia de acogida se mostró dispuesta a acoger a Marco y a su hijo, Daniel.
"Es increíble tener un techo que podamos compartir mi hijo y yo, y lo que es más importante, tener ese tiempo para desarrollar una relación con él y darme la oportunidad de ser un padre para mi hijo", dijo Marco.
A pesar de las dificultades, Marco ha aceptado lo bueno, lo malo y la incertidumbre de la paternidad. La pareja sigue pasando por momentos difíciles.
"Estos momentos son muy estresantes porque no puedo mantenerle todo lo que él quiere, pero veo un futuro y hablamos de que algún día tendremos nuestra propia casa. Pero es muy estresante no poder mantenerle".
Gracias a donantes como usted, Marco ya no tiene tanta presión. Ha podido recibir alimentos y artículos de higiene de una agencia local asociada a Feed the Children cuando más lo necesitan.
"Hay necesidades básicas que necesitamos, y nos ayudan porque me mantienen centrado en hacia dónde me dirijo".

Marco está sacándose el GED, con la esperanza de conseguir un trabajo que les mantenga a él y a Daniel.
"Si estuviera solo, podría simplemente coger un trabajo y podría mantenerme, pero ahora que tengo un hijo, siento que tengo que mirar por él, y sí veo mi futuro. Quiero hacer el bien en mi futuro", nos dijo Marco.
En cuanto a Daniel, tiene una respuesta sencilla cuando le preguntamos qué le hace feliz.
"Mi padre y yo estando juntos".
Pero Marco está pensando en planes más grandes para Daniel.
"Me gustaría que al menos fuera a la universidad. Así sabré que hice todo lo que pude para encaminarle por la senda correcta y alejarle del camino equivocado."
Ayudar a las personas a desarrollar todo su potencial es gratificante. Y tú has contribuido a devolver a Marco la fe en un futuro brillante. Le has ayudado a dar un giro a su vida y a darse cuenta de que puede ser un buen padre. Tus donativos aportan algo más que comida. Aportan una vida llena de esperanza. En nombre de Marco, Daniel y tantos otros, ¡gracias!