Las listas de material escolar contienen artículos como lápices, papel, pegamento, rotuladores y cuadernos: todas las herramientas que un niño necesita para tener éxito en la escuela. Pero falta algo importante. Los alumnos necesitan comida para rendir al máximo en clase.

Feed the Children acaba de lanzar un programa piloto en Oklahoma City llamado Summer Feed and Read, en colaboración con el Sistema Metropolitano de Bibliotecas. Hablamos con Rondia Banks, bibliotecaria desde hace muchos años en una de las bibliotecas del sistema, y nos habló de su pasión por la alfabetización y de por qué la comida desempeña un papel importante en el aprendizaje.

El hambre golpea con fuerza en Georgia. Uno de cada siete niños del estado sufre inseguridad alimentaria. Para empeorar las cosas, muchos residentes en zonas de bajos ingresos carecen de acceso a tiendas de comestibles y supermercados.

Nunca ha habido dudas sobre el futuro de Tamara Sandberg. Desde el principio supo que trabajaría para una organización sin ánimo de lucro. Y sería una que se centrara en la lucha contra el hambre. "Creo que es inaceptable que en una de las naciones más ricas del mundo alguien se vaya a la cama sin la comida que necesita. Así que esa ha sido mi pasión".

Sólo son las 7 de la mañana, pero el gimnasio de la YMCA de Bethany, Oklahoma, ya bulle de actividad. "Sabemos que, aquí mismo, en el condado de Oklahoma, se estima que 37.000 niños no siempre tienen suficiente acceso a los alimentos nutritivos que necesitan para prosperar y tener éxito".

Es un día lluvioso en Clarksville, Tennessee. A pesar de las nubes y las gotas de lluvia, hay emoción en el aire. Hoy, las familias de militares recibirán alimentos, artículos de primera necesidad para el hogar y mucho más.

No es raro que los niños falten a clase, ya sea para hacer travesuras con los amigos o simplemente para evitar el álgebra. Pero durante mucho tiempo, los alumnos de la escuela Sunrise de Gulu (Uganda) faltaron a clase por un motivo mucho más grave.

En diciembre de 2021, el tifón Rai azotó Filipinas. Diesa y su familia se vieron obligados a huir con lo puesto: Diesa y su hijo con bolsas ligeras; Jeson con su hija Agnes, de siete años.